Una alimentación sostenible no debe ser solo respetuosa con el medioambiente, sino que también debe ser sostenible en su dimensión económica, social, humana y de salud. Comenzamos una serie de artículos en los que visibilizar los vínculos de la alimentación con otros retos contemporáneos y cómo nos pueden ayudar a construir otros futuros posibles y mejor alimentados.
Desde la Fundación Daniel y Nina Carasso trabajamos con el convencimiento de que los grandes problemas de salud y, muy probablemente, el riesgo contrastado de colapso sanitario del futuro, son consecuencia de una alimentación poco sostenible y equilibrada. Esto nos está impulsando a poner en marcha iniciativas como el think tank Alimentta, el social lab La Mesa o el proyecto Menús «Hemengoak – De Aquí» en Pamplona (Navarra).
La frase de Ludwig Feuerbach “somos lo que comemos” se ha repetido hasta la saciedad, pero no por ello ha dejado de ser cierta desde que el filósofo la escribió en el siglo XIX. Hoy en día es más cierta que nunca porque no solo a nivel individual somos aquello de lo que nos alimentamos, sino —en el marco de la emergencia climática— los alimentos son un punto clave a nivel social y medioambiental.
Numerosos estudios científicos han demostrado que buena parte de las enfermedades del mundo desarrollado provienen de una incorrecta alimentación (IPES-Food, 2017; Olea, 2019). Nos referimos a problemas que van mucho más allá de la hipertensión, el colesterol o la obesidad, la otra gran pandemia de nuestro tiempo. La ciencia ha demostrado en las últimas décadas que los alimentos altamente procesados contribuyen además al aumento de problemas de tiroides, a la infertilidad o a una mayor incidencia de enfermedades como el cáncer. El abuso de edulcorantes, potenciadores del sabor y sal, el empleo de pesticidas que permanecen en el producto final o el uso excesivo de plásticos en los embalajes —que terminan convirtiéndose en microplásticos en nuestros océanos y en nuestra alimentación— tienen un impacto directo sobre nuestra salud y nuestro planeta (Olea, 2019; Bollaín y Vicente, 2019).
Frente a este modelo, en la Fundación Daniel y Nina Carasso dedicamos nuestros esfuerzos, desde la línea de Alimentación Sostenible a potenciar la transición hacia sistemas alimentarios sostenibles, no sólo a nivel medioambiental sino también social y humano. Una alimentación sostenible es, por definición, saludable puesto que esta es una dimensión más de la sostenibilidad.
Desde esta perspectiva, en 2018 impulsamos la creación del think tank Alimentta, cuyos primeros frutos están comenzando a brotar. Esta iniciativa surge de la necesidad de fomentar la investigación multidisciplinar y sistémica en alimentación para apoyar la generación de conocimientos que contribuyan al desarrollo de un sistema alimentario más resiliente y justo. Creemos firmemente en la importancia de la investigación para desarrollar soluciones que permitan construir un camino que nos atañe a todos.
También hemos reforzado este compromiso a través del lanzamiento de la primera edición de la Daniel Carasso Fellowship, una iniciativa de apoyo a la investigación en alimentación sostenible en España, destinada a jóvenes investigadores, de cualquier nacionalidad y disciplina, que quieran desarrollar su proyecto en un centro de investigación o universidad española.
Contribuir al cambio con conocimiento experto: la experiencia de Alimentta
Todos podemos crear valor en la cadena alimentaria si en nuestras decisiones tenemos en cuenta la salud de las personas y la sostenibilidad de los ecosistemas. Hablamos no solo de decisiones de consumo, también de producción y extracción, así como de distribución y modelos de gobernanza que, en su conjunto, dan forma al sistema alimentario.
El think tank Alimentta afronta este desafío aportando conocimiento experto y multidisciplinar para que las acciones de todos contribuyan al desarrollo de un sistema alimentario que resuelva las disfuncionalidades del modelo actual.
El grupo motor de Alimentta está formado por expertos en disciplinas aparentemente distantes, aunque altamente complementarias que permiten abarcar la cadena alimentaria. Esta diversidad de enfoques permite contrastar el conocimiento, añadiendo rigurosidad a la información que producen y divulgan. A través de diferentes grupos de trabajo, fomentan una investigación holística de la alimentación, sin olvidar el papel fundamental que juega la alimentación en relación a la salud, incorporando en su equipo de investigación a expertos en medicina y nutrición.
Una de las iniciativas en las que trabajan en la actualidad es la propuesta de la dieta mediterránea sostenible, para el planeta y la salud de las personas a largo plazo, tomando en cuenta el estado de contaminación actual de los ecosistemas productivos locales y las maneras de producir los alimentos en el contexto Mediterráneo.
> Descubre los recursos disponibles en su web
> Lee el artículo “La dieta como acto saludable, sostenible y responsable”
Alimentación saludable y sostenible para los más pequeños: Menús Hemengoak
Para cambiar la forma en las que nos alimentamos, es necesario también fomentar nuevas aproximaciones a través de la educación y cómo hemos adquirido los hábitos alimentarios que debemos cambiar (FAROS, 2016). La primera infancia es el momento idóneo para influenciar la dieta del futuro, el momento de inicio de la alimentación complementaria. El proyecto ‘Menús Hemengoak – ‘De Aquí’, que acompañamos junto al Ayuntamiento de Pamplona, nació con la idea de ofrecer, en la alimentación de todas las escuelas infantiles municipales de Pamplona, productos de calidad sostenibles, ecológicos, frescos, de temporada y de proximidad. A través de un enfoque sistémico, el proyecto promueve hábitos de alimentación saludables para las niñas y niños de 0 a 3 años y sus familias, al mismo tiempo que contribuye a la articulación y fortalecimiento del sector de los pequeños productores agroecológicos locales.
A partir de la firma del Pacto de Milán por el Ayuntamiento de Pamplona, desde el consistorio se comprometieron a desarrollar sistemas alimentarios inclusivos, seguros para preservar la biodiversidad y, al mismo tiempo, mitigar los efectos del cambio climático, pero también promover nuevos hábitos de alimentación y salud para luchar contra las enfermedades no transmisibles asociadas a dietas inadecuadas.
De este compromiso nace la iniciativa Menús Hemengoak – De aquí, un proyecto que acompañamos desde la Fundación durante su implementación y que ha aplicado un programa de transformación del modelo de alimentación que se ofrece en las escuelas infantiles municipales (de 0 a 3 años) en Pamplona.
El objetivo de esta iniciativa ha sido mejorar la alimentación de niñas y niños a través de un menú más saludable y sostenible. Los menús ,diseñados por Menjadors Ecologics y avalados por la Asociación Navarra de Pediatría, proponen unas bases que promuevan una buena relación con la comida, desde la primera infancia, dándoles la posibilidad de probar y familiarizarse con ingredientes nutritivos y respetuosos con el medio ambiente, en un momento de crecimiento que marcará decisivamente sus hábitos alimentarios del futuro. Al mismo tiempo, se ha realizado un trabajo continuado con las familias integradas en el proyecto, a través de un asesoramiento pediátrico, charlas y folletos informativos que les permitieran entender los beneficios de una alimentación sostenible en la salud de sus hijos e hijas.
> Conoce más sobre los Menús Hemengoak – De Aquí
> Consulta la “Guía de comidas saludas y sostenibles en familia”
Por un acceso universal a la alimentación sostenible: el social lab La Mesa
En este contexto es fundamental, también, asegurar la seguridad alimentaria, que se desarrolla en dos vertientes: food safety, que se refiere a la certeza de que lo que llega a nuestro plato es seguro y bueno para nuestra salud; y food security, que aborda la capacidad de acceso a dicha alimentación saludable para todas las personas y, muy especialmente, para aquellas que se encuentran en condiciones de pobreza y exclusión social.
Son numerosos los tratados, acuerdos y jurisprudencia que avalan el derecho a la salud y a una alimentación adecuada, desde la Declaración Universal de Derechos Humanos (art. 24) al Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (art. 11) o las directrices voluntarias para el derecho a una alimentación adecuada aprobadas por la FAO en 2004 . El acceso desigual a la alimentación saludable y sostenible —también conocido como inseguridad alimentaria— es consecuencia de las diferencias sociales y las hace aún más patentes y, además, repercute en la dignidad humana (Díaz-Mendez, 2018) . Este ha sido el objeto de estudio del social lab La Mesa, una iniciativa que parte de la inteligencia colectiva para aportar soluciones que afronten la problemática del acceso a la alimentación y fomentar su implementación.
La Mesa parte de una metodología de cooperación que fomenta el encuentro de diferentes actores para abordar una problemática concreta identificada y encontrar soluciones a través de la colaboración multidisciplinar.
La puesta en marcha de esta iniciativa parte de una problemática identificada: el acceso de poblaciones vulnerables a una alimentación sostenible, en especial colectivos de mujeres a cargo de familia en situación de vulnerabilidad económica. A raíz de este reto, se puso en marcha un trabajo de investigación y reflexión conjunta para entender las causas de esa limitación, que no siempre está vinculada a cuestiones económicas, e identificar las diferentes palancas de cambios posibles que puedan contribuir a revertir esa situación, como las políticas públicas o la educación.
A través de un mapeo internacional de iniciativas innovadoras que afrontan el acceso a una alimentación sostenible, se seleccionaron dos: Food Corps y Health Leads. Mientras que la primera enfoca su desarrollo en las posibilidades de la educación a través del contacto entre jóvenes y niños en las escuelas para mejorar su alimentación, Health Leads se basa en el estrecho vínculo entre alimentación y salud, convirtiendo a médicos de familia y el resto del personal sanitario en prescriptores de una alimentación sana y sostenible, favoreciendo el cambio de hábitos alimentarios y previniendo enfermedades vinculadas directamente a la alimentación, a través unas recomendaciones que integran no solo aspectos medioambientales sino también el resto de factores determinantes en toda la cadena de valor de los sistemas alimentarios sostenibles.
Durante los próximos meses, se abordará la implementación de las iniciativas seleccionadas para comprobar su potencial transformador y adaptación al contexto español.
Somos conscientes de que la transición hacia la alimentación sostenible presenta numerosos desafíos y pasa necesariamente por lograr formas democráticas más participadas que aborden –desde el conocimiento científico– los problemas actuales, para asegurar la salud de las personas y los ecosistemas a medio y largo plazo.
En definitiva, las consecuencias que tienen los sistemas alimentarios en nuestra salud son complejos y están profundamente interrelacionados. Si profundizamos en el conocimiento de cómo funciona este nexo entre salud y alimentación, sabremos cómo atajar estos problemas. Para ello, desde la Fundación desarrollamos un programa centrado en este estrecho vínculo, visibilizando los problemas del actual sistema y las consecuencias sanitarias, sociales y económicas de esta realidad.
Bibliografía
Bollaín Pastor C, Vicente Agulló D. 2019. Presencia de microplásticos en aguas y su potencial impacto en la salud pública. Revista Española de Salud Pública.
Díaz-Méndez C. 2018. Pobreza, malnutrición y privación alimentaria, algunas herramientas para su análisis. En Salud y Derecho a la Alimentación. Bienestar, equidad y sostenibilidad a través de políticas alimentarias locales. Valladolid, España: Fundación Entretantos y Red de Ciudades por la Agroecología.
FAROS – Sant Joan de Déu. Coord. Trabal, A., 2016. Guía para una alimentación infantil saludable y equilibrada.
IPES-Food. 2017. Unravelling the Food–Health Nexus: Addressing practices, political economy, and power relations to build healthier food systems. La Global Alliance for the Future of Food y IPES-Food.
Molero Cortés, J.; López García, D; Arroyo, L. (Eds.), 2018. Salud y Derecho a la Alimentación. Bienestar, equidad y sostenibilidad a través de políticas alimentarias locales. Valladolid, España: Fundación Entretantos y Red de Ciudades por la Agroecología.
Olea Serrano N. 2019. Una lección mal aprendida: la exposición humana a pesticidas disruptores endocrinos (EDC) y sus consecuencias para la salud. Alimentta.
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