El pasado 14 de octubre tuvimos la oportunidad de explorar las posibilidades que ofrece la ciencia para abordar los retos sociales de nuestro presente en “Leading the transition: pathways to sustainable food systems”, la ceremonia de entrega de la Daniel Carasso Fellowship, junto a nuestros premiados, la española Raquel Ajates González y el colombiano Daniel Gaitán Cremaschi, con dos proyectos que, sin duda, contribuirán a la transición hacia sistemas alimentarios sostenibles en España.
En diciembre de 2020 iniciamos una nueva aventura con la convocatoria de este reconocimiento internacional a la investigación en alimentación sostenible para jóvenes investigadores e investigadoras y en julio pasado tuvimos la alegría de dar a conocer a los beneficiarios del mismo.
En una celebración de la ciencia y el talento joven en la que pudimos (re)encontrarnos con todas aquellas personas que comparten nuestro compromiso por construir un presente y futuro más sostenible y mejor alimentado, Raquel Ajates, quien trabaja como investigadora en la Universidad Nacional de Educación a Distancia y Daniel Gaitán Cremaschi, investigador en el Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales de la Universitat Autònoma de Barcelona (ICTA-UAB), presentaron sus proyectos sobre el reto de digitalización de semillas y sobre la compra pública alimentaria sostenible en España, respectivamente.
La ceremonia fue retransmitida en streaming y puede verse completa en nuestro canal de YouTube, tanto en castellano como con traducción simultánea al inglés.
Dos proyectos con el foco en la innovación sistémica como el instrumento capaz de organizar un orden nuevo
Una escultura del artista español, Jaume Plensa, figura clave a nivel español y mundial, que representa a el rostro de una niña sostenido por unas manos que la presentan al mundo, es el trofeo que recibieron, en una gala emotiva, nuestros dos premiados, de manos de Isabelle Le Galo, directora para España; Marie-Stèphane Maradeix, delegada general y Phillippe-Loic Jacob, miembro del Patronato de nuestra Fundación.
“Cuando expusimos el proyecto al famoso escultor español Jaume Plensa, la sintonía fue completa: para el artista catalán, el lema de la Fundación ‘sostener la vida, enriquecer el espíritu’ tenía un eco muy íntimo con su propia obra centrada en el vínculo entre cuerpo y alma. La obra por lo tanto es fruto de un proceso cómplice que se inscribe completamente en el trabajo del artista sobre el ser humano”, comentó Isabelle Le Galo.
“Ese mundo interior de cada uno, esos rinconcitos llenos de ideas maravillosas, de detalles, de gestos, de valores, son semillas, pequeñas simientes que brotan y se convierten en grandes cosechas”, apuntó para añadir que precisamente Raquel Ajates, con su proyecto, defiende y pretende proteger miles de semillas autóctonas, todas ellas huérfanas, para frenar la pérdida de biodiversidad de variedades de cultivo y de dietas.
“Las semillas y su diversidad son la base esencial de un sistema de alimentación sostenible. Las semillas son fascinantes, son algo tan pequeño, con tanto potencial, que aúnan ciencia, cultura y bien común, son una metáfora compartida de cómo pequeñas iniciativas pueden dar lugar a enormes transformaciones. Nos inspiran y nos alimentan”, ha expresado Raquel Ajates al recibir el galardón.
Marie-Stèphane Maradeix, delegada general de nuestra Fundación, hizo un llamado a explorar el mundo exterior y a encontrar los caminos perdidos, explorar otros nuevos y transitar por ellos para alcanzar la plenitud como personas y como sociedad. “Daniel ha ideado y desarrollado un proyecto que pretende impulsar la compra pública alimentaria vinculada a sistemas agroecológicos, explorando y abriendo un nuevo camino que puede acercarnos a los sistemas alimentarios sostenibles”, destacó.
“Estoy convencido de que la ciencia importante, la ciencia esencial, la ciencia que fortalece realmente a nuestra sociedad es aquella que se crea para ser vista, para ser usada y para ser compartida por la comunidad”, manifestó Daniel Gaitán, el otro galardonado de la noche, quien aseguró que “la investigación se entiende cada día menos como una actividad individual y cada vez más como una acción colectiva, multi e interdisciplinar”.
Un panel con seis grandes expertos analizó cómo puede la ciencia contribuir a abordar los retos sociales
Nuestra sociedad se enfrenta a retos complejos, la mayoría de ellos profundamente interconectados y globales, que deben ser abordados desde la cooperación entre multitud de actores y de sectores y para hablar al respecto, reunimos a seis grandes expertos: Carlos Mataix, director del Centro de Innovación en Tecnología para el Desarrollo Humano -itdUPM-; María Navarro, funcionaria de la Oficina Española de Cambio Climático; María Ramos, socia fundadora de Alimentta, un think tank para la transición alimentaria impulsado desde la Fundación; Jane Battersby, Premio Daniel Carasso 2017 y nuestros premiados Raquel Ajates y Daniel Gaitán.
Esta mesa redonda permitió un debate dinámico moderado por Concha Ortíz, experta en comunicación intercultural, en el que los panelistas señalaron la emergencia climática, la pérdida de biodiversidad, la degradación de los recursos naturales, las desigualdades sociales, la malnutrición o la obesidad, como ejemplos de los desafíos cruciales que debemos afrontar ahora mismo, sin perder más tiempo, para vivir en un presente con visos de futuro.
Todos coincidieron en la necesidad de la innovación sistémica y en la importancia de que la ciencia y la investigación, las administraciones públicas y los productores y diversos actores del sistema alimentario tengan un diálogo fluido.
“La innovación sistémica nos obliga a trabajar juntos, a ser realmente inter y trans disciplinares, porque la innovación tecnológica va a tener que estar actuando de la mano de lo social, de las políticas públicas, de lo financiero y todo esto tiene que formar un todo orgánico y con sentido, con una intencionalidad común”, ha asegurado Carlos Mataix.
María Navarro, por su parte, pidió un contacto mucho más fluido entre el mundo de la ciencia, la investigación y las administraciones públicas y detalló algunas características del sistema alimentario que tienen que estar siempre en mente tanto de la ciencia como de las políticas públicas: la importancia de lo local, el hecho de que la alimentación es herencia, pero también tradición y cultura.
En su participación hizo hincapié en que al hablar de políticas alimentarias “siempre nos centramos en el sector productor y el sistema alimentario es una realidad mucho más compleja: empieza en la producción, pasa por la transformación, la distribución y el consumo, y creo que este enfoque de sistema debe ser un cambio radical que debe aplicarse”.
“Estamos muy al principio de saber investigar el sistema alimentario en su conjunto, porque la ciencia, ahora mismo, que trabaja en disciplinas vinculadas con la alimentación está muy compartimentalizada y muy hiperespecializada”, sostuvo María Ramos, investigadora en agroecología y biodiversidad.
“Es necesario investigar cuáles son las brechas de conocimiento que aún nos faltan para entender qué está pasando en los sistemas alimentarios y hacer ciencia de otra manera. La multidisciplinariedad no es solo unir disciplinas científicas distintas, sino integrar otros agentes, integrar al sector productor, integrar las políticas públicas a la hora de hacer ciencia, cogenerar esa necesidad de conocimiento nuevo para entender el sistema alimentario al completo”, puntualizó.
Daniel Gaitán, uno de nuestros protagonistas en esta celebración, explicó que actualmente existen múltiples caminos para transitar hacia sistemas alimentarios más sostenibles, “pero mi convicción es que esta transformación debería estar más basada en principios agroecológicos” y mantener “un diálogo inclusivo, crítico, en la diferencia, que incluya a toda la diversidad de actores y se pueda llegar a consensos que sean sólidos respecto a las vías de transición que se deben seguir”.
Nuestra otra galardonada, Raquel Ajates, pidió no centrar la responsabilidad última en el consumidor, porque “siempre estamos pensando en cómo la persona, el individuo, tiene que cambiar” y ha puntualizado que lo que debe darse de manera rápida y eficaz es la reordenación de los subsidios agrícolas. “Se trata de cambiar las políticas de subvenciones y es algo que no requiere más dinero”, agregó.
Finalizó su intervención dejando claro que las universidades ya no tienen el monopolio de la creación del conocimiento, de datos y de evidencia, además de que a nivel mundial se está viviendo un incremento exponencial de los proyectos de ciencia ciudadana. “Este movimiento está creciendo rápido, atrayendo la atención de responsables políticos, de la Comisión Europea y de otras instituciones que financian proyectos de investigación, invirtiendo muchísimos millones de euros porque los ven como una manera de implicar a la ciudadanía, de buscar soluciones relevantes y que las políticas resultantes tengan un mayor nivel de aceptación porque hay una comprensión de dónde vienen y porqué se han creado”, añadió.
La mesa se completó, además, con la participación de Jane Battersby, galardonada con el Premio Daniel Carasso en 2017, antecesor de la Daniel Carasso Fellowship y que nos acompañó por vía telemática desde Sudáfrica. “La alimentación es un aspecto crucial pero también es un tema político y muy polémico; estas nuevas coaliciones que estamos tratando de encontrar tienen que centrarse en los sistemas alimentarios pero al mismo tiempo es importante ver cómo se relacionan todos los elementos entre sí”, dijo, además de refrendar que ”hay un gran futuro para la sostenibilidad alimentaria”. Sus palabras mostraron un espíritu y análisis crítico, pero dando paso a la esperanza.
Celebramos los cruces de nuestras líneas de acción: Alimentación Sostenible y Arte Ciudadano
Con la misma emoción y fuerza que apoyamos la multidisciplinariedad y la diversidad de enfoques en Alimentación Sostenible, también lo hacemos en Arte Ciudadano, impulsando los cruces entre ambas líneas. Por eso, para este evento, invitamos a Cristina Pato, una de las galardonadas con el Premio Artista comprometido 2020, a transformar las inquietudes científicas de nuestros premiados en una pieza artística única: “Semillas públicas: un diálogo musical”.
“Las conversaciones con Raquel y Daniel nos han llevado a imaginar un viaje musical que nace de una semilla autóctona, un elemento rítmico o melódico de la música tradicional y que poco a poco va viajando a través de diferentes lenguajes y culturas para ir construyendo una estructura o sistema, una forma musical, en la que se celebre tanto la riqueza y la diversidad de lo que ya hay alrededor de nosotros como nuestra responsabilidad para con ello”, ha expuesto la artista, quien invitó a interpretar esta joya musical a las cubanas Cary Rosa Varona, en el violonchelo y a la pianista Isber Noa.
Con la celebración de esta ceremonia de entrega, iniciamos un camino junto a Raquel Ajates y Daniel Gaitán para generar conocimiento aplicado que guíe la transición hacia la alimentación sostenible en España. Pero también, la creación de una comunidad de jóvenes investigadores que ponen su talento al servicio de la sociedad para construir un presente y un futuro más sostenibles.
Créditos de las imágenes: Javier Echánove