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unoconcinco: otra alimentación es posible

Alimentación Sostenible
8 julio 2024

El pasado 27 de junio celebramos la segunda edición de unoconcinco, encuentros de la alimentación sostenible en España, una iniciativa que hemos impulsado desde la Fundación Daniel y Nina Carasso. Este año, el evento, que tuvo lugar en la Fundación Francisco Giner de los Ríos, contó con la participación de más de 200 personas entre asistentes, agentes del sector agroalimentario y medios de comunicación.

Para inaugurar esta segunda edición, Lucía Casani, directora para España de la Fundación, compartió con los asistentes el concepto de alimentación sostenible que manejamos en la Fundación. “Entendemos que la alimentación no solo son los alimentos, también es fuente de bienestar, de salud y un derecho fundamental” remarcó en el discurso inaugural. “La producción de alimentos influye también en problemas como la desigualdad social o en las emisiones de gases de efecto invernadero que afectan al cambio climático”, dijo refiriéndose en este punto al vínculo entre la alimentación y el cambio climático al que aluden los encuentros desde el propio nombre: la necesidad de limitar el incremento de la temperatura media global a 1.5 grados.

Sobre las consecuencias del cambio climático en la producción agroalimentaria también alertó Diego García-Vega, miembro del patronato de la Fundación y maestro de ceremonias de esta segunda edición. “Desde hace unos años somos testigos de lluvias torrenciales, de la erosión de los suelos fértiles que estancan las tierras y de la pérdida de la biodiversidad en nuestro territorio”  aseguró, aunque si bien “damos por hecho que tendremos comida cada día en nuestros platos, esta situación es cada vez más vulnerable”.

Durante la jornada, más de 40 expertos del sector alimentario tomaron la palabra para reflexionar sobre elementos clave para el cambio hacia la alimentación sostenible como son la transición agroecológica y justa, el relevo generacional o el funcionamiento de la cadena alimentaria. En paralelo, se debatió también sobre los principales instrumentos necesarios para llevar a cabo esta transición: políticas públicas, innovación, inversión y comunicación.

Cómo fomentar las prácticas sostenibles en el sector agroalimentario

En la transición hacia un sistema de alimentación sostenible juegan un papel esencial todos los eslabones de la cadena: desde la producción al consumo. En este contexto, uno de los temas que se abordaron durante la segunda edición de unoconcinco fue cómo fomentar prácticas más sostenibles que permitan alimentar a la población actual sin poner en riesgo el derecho a la alimentación de las generaciones futuras. 

Bajo el título de Transición agroecológica y justa: el camino hacia la alimentación sostenible, el agricultor Marcos Garcés y la ambientalista y directora ejecutiva de la Sociedad Española de Ornitología – SEO/BirdLife, trataron de dar respuesta a preguntas como cómo abordar la sostenibilidad ambiental y asegurar la viabilidad económica de las producciones. Durante esta mesa moderada por Diego García-Vega, Marcos Garcés insistió en la necesidad de formación para los agricultores,  un diálogo fluido con el sector y un acompañamiento continuado. En el caso de su explotación, dos terceras partes son ecológicas. “Empezó mi padre hace 20 años y nos hemos dado muchos golpes, la tierra se revela y económicamente es difícil hacer el cambio”, aseguró. Por esa razón, insistió en que “hay que acompañar económicamente, con formación continua y con explicaciones claras porque hay algunas medidas que tienen sentido pero se imponen y no se entienden”. 

En la misma línea intervino Asunción Ruiz, quien comentó que “las políticas deben tener la flexibilidad y la incidencia necesarias para ser justas pero a veces son perversas e invitan a la discusión en lugar de a la conversación. En este contexto, el campo siente que son medidas que se les imponen”. En definitiva, para que la transición sea justa es necesario “estar cerca del campo y conocerlo mejor”. 

Además, el campo cuenta con un problema que se lleva visibilizando años y que cada vez es más alarmante: se está quedando solo. “Necesitamos un campo vivo, dignidad para los agricultores y productos saludables para el consumidor”, concluyó Asunción Ruiz. En este sentido, Marcos Garcés incidió en la necesidad de hacer política agraria: “como sociedad tenemos que elegir el tipo de agricultura que queremos: una con agricultores o una con empresas que hacen negocio e inversión. Una vez tomada la decisión, hay que orientar las políticas en esa dirección”. 

El medio rural, su viabilidad y el relevo generacional

Tras el arranque de la jornada, tuvieron lugar las tres primeras sesiones paralelas. En Mucho más que alimentos: el sector primario como motor para la regeneración del mundo rural y la cohesión territorial cinco expertos debatieron sobre la producción de alimentos pero también en torno a la necesidad de la revitalización del mundo rural, que se enfrenta actualmente a un importante reto demográfico, el relevo generacional y la necesidad de construir un mundo rural vivo. 

Con la participación  de Patricia Martínez, subdirectora adjunta de Dinamización del Medio Rural en el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación; Juan Mari Totorika, Ingeniero Técnico Agrícola que desarrolla su labor en la Asociación de Desarrollo Rural Urkiola; Piero Carucci, responsable del área de dinamización local y educación del Centro de Estudios Rurales y de Agricultura Internacional; Victoria de la Mora, de Ashoka; y Xosé Antón Araúxo, presidente de la Comunidad Montes de Couso, el encuentro dejó claro que uno de los mayores problemas del mundo rural, y del que ya se habló en la primera edición de unoconcinco, es el envejecimiento de los trabajadores del campo. 

Tan solo un 8.8 % de los titulares de las explotaciones tiene menos de 41 y, en el otro extremo, nos encontramos con un 40% que está por encima de los 65. Con estos datos, en los próximos años el 50% de los trabajadores se habrán jubilado. “Hasta ahora hemos pensado en quiénes se van a incorporar pero tenemos que mirar también a los que se van. La falta de relevo es un fallo del sistema”, afirmó Neus Monllor, coordinadora de la Red de Espacios Test Agrarios (RETA) y moderadora de la conversación. 

Para dar respuesta a este importante reto demográfico Patricia Martínez puso de relieve la necesidad de “acceso a la tierra, financiación, formación y condiciones de vida dignas en el medio rural”. Conscientes de la necesidad de formación antes, durante y después de iniciar un futuro laboral en el campo, en 2020 el ministerio lanzó Cultiva, un proyecto de formación entre agricultores que ofrece una estancia de 5 a 14 días en una explotación. Esta iniciativa cada vez cuenta con más líneas de subvenciones y “entre las posibles evoluciones del proyecto está estudiar la viabilidad de la transferencia de explotaciones entre los agricultores que se van y los jóvenes que quieren entrar”. 

Para Juan Mari Totorika uno de los problemas es que las generaciones más jóvenes no han intentado seguir los pasos de las explotaciones familiares. “Al agricultor se le pide cada vez más, se le exige que produzca mucho y barato y estos tienen que ganar dinero para subsistir. Las exigencias para entrar dentro del mercado hacen que no sea rentable”.

Son muchas las entidades e instituciones que se dedican a dar apoyo a emprendedores y emprendedoras sociales. Una de ellas es Ashoka, a través de la que Victoria de la Mora identifica oportunidades que les aportan valor y les conecta con innovadores, mentores y expertos de la red de Ashoka a nivel mundial. Entre sus proyectos destaca Ashoka Learning Ecosystem (ALE), un “ecosistema que busca la democratización del acceso al conocimiento con una serie de rutas formativas y charlas de buenas prácticas dirigidas a emprendedores para facilitar el acceso al mundo rural”. 

En esta misma línea, desde la Fundación impulsamos en colaboración con CERAI, Ruralitud, una página web que busca “generar narrativas positivas para que la gente vea el atractivo del campo y la producción primaria”, aseguró Piero Carucci. En ella se detallan una serie de consejos para ir acometiendo diferentes etapas. Este proyecto surge de un problema que cada vez es más visible: el cierre de empresas. “Muchas son escasamente viables, son empresas pequeñas construidas con mucho trabajo y poco dinero que trabajan con márgenes pequeños, lo que no les permite tener la capacidad de reaccionar frente a un problema meteorológico, de mercado o de subida de los precios de los insumos”. 

Muy pendiente de su entorno y con la intención de fijar a la gente al territorio, Xose Antón Arauxo, de la Comunidad de Montes de Couso, explicó cómo defienden y ponen en valor el territorio. “Trabajamos con productos con los que se pueda vivir dignamente. Tenemos eucaliptos y pinos pero no es suficiente para que la gente se asiente porque el rendimiento del eucalipto es de 1.14 euros la tonelada cada 20 años”.

En paralelo se sucedieron dos mesas más: ¿Cómo fomentar la transición en el sector primario? Diálogo en torno a las políticas posibles, en la que se dio a conocer la nueva herramienta impulsada por la Fundación Daniel y Nina Carasso, los Libros verdes, que buscan la incidencia política desde la práctica y el conocimiento de los agentes, a través de hojas de ruta que favorezcan la transición alimentaria a diferentes niveles: Sistemas agrarios, Sistemas pesqueros, Cadenas de valor y Derecho a la alimentación. La segunda tuvo como título Innovación colectiva para abordar los retos del sistema alimentario, en la que se abordó la complejidad de los retos a los que se enfrenta el sector. Además, se conocieron distintas iniciativas colectivas que desde diversos enfoques están contribuyendo a la transformación del sistema alimentario.

Tras este primer bloque del día, la jornada tuvo un descanso para degustar la comida preparada por la red Chef 2030, formada por cocineros y cocineras de colectividades que promueven menús sostenibles elaborados con alimentos frescos y de temporada en escuelas, hospitales y residencias, serán los encargados de preparar la comida de la jornada.

Tras la comida, se reanudaron las sesiones de conversación en las diferentes salas de la Fundación Francisco Giner de los Ríos. Cadenas de valor compartido: bases para la construcción de un sistema alimentario justo y resiliente, que debatió sobre las claves para fomentar la interacción y colaboración entre ellos en favor de la sostenibilidad de la alimentación; Inversión de impacto y emprendimiento social en alimentación sostenible, que giró en torno a cómo innovar y adaptar las herramientas financieras a los principios de la economía social; y Plantar, comer, contar: cómo llevar la alimentación sostenible a las nuevas audiencias, donde se plantearon preguntas sobre qué formatos usan las comunicadoras más exitosas para captar la atención de su público, si el rigor científico está reñido con la amenidad o si la alimentación sostenible puede competir con la avalancha de contenidos virales que inundan las redes.

Un cierre con la mirada puesta en el futuro 

Diego García-Vega cerró los encuentros con un par de reflexiones extraídas de la intensa jornada. Por un lado, las ponencias de los 40 expertos dejaron claro que “la urgencia es cada vez mayor, que el modelo nos está fallando a todos”. Sin embargo, la cara positiva de la situación es el “interés creciente por un nuevo paradigma de hacer las cosas de otra manera y la seguridad de que es posible que sea así”. 

La segunda edición de unoconcinco finalizó con la entrega de los galardones de la segunda edición de la Daniel Carasso Fellowship a Marta Albo Puigserver, Ujué Fresán Salvo y Adrián González Guzmán por sus proyectos de investigación en alimentación sostenible de la mano de la presidenta de la Fundación, Marina Nahmias. “Con la Fellowship deseamos apoyar la carrera de jóvenes investigadores para construir un futuro más sostenible para el planeta y para la sociedad. Es un orgullo que este reconocimiento científico lleve el nombre de mi padre porque simboliza los valores sobre los que construyó su vida” concluyó Marina Nahmias antes de dar paso al cierre de los encuentros con la propuesta musical de la banda Potaje Lab.

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