Os presentamos la convocatoria “Alianzas para una Democracia Cultural”, que lanzamos este año desde nuestra línea de Arte Ciudadano para ofrecer ayudas a prácticas de mediación transformadoras. ¡Tenéis desde el 5 de marzo hasta el 10 de junio para presentaros!
Con esta convocatoria buscamos activar formas de relación y colaboración entre los múltiples y diversos agentes del sector de la mediación cultural que permitan realizar esta labor de manera sostenible y transformadora para todas las partes.
Se inscribe en nuestra línea de actuación «Mediación y Democracia cultural», que persigue la generalización (multiplicación y adopción duradera), de prácticas de mediación transformadoras que permitan la participación plena de la ciudadanía en la vida cultural y en la esfera pública, contribuyendo así a la democracia cultural.
El arte como palanca de cambio
El arte puede y debería ser un potente motor de participación ciudadana y de cambio social ante las desigualdades, urgencias medioambientales y el resto de los desafíos que enfrentamos como sociedad.
De ahí el término Arte Ciudadano que da nombre a nuestro programa: engloba todas las disciplinas artísticas, busca crear y reforzar vínculos sociales, imaginar otros mundos posibles y desarrollar nuestra sensibilidad y pensamiento crítico.
Debido a lo desigual que es hoy la práctica del arte, su acceso, disfrute y la participación ciudadana en las instituciones y políticas culturales, desde nuestra línea de actuación «Mediación y Democracia cultural» buscamos contribuir a desdibujar las fronteras tradicionales entre la sociedad y las instituciones culturales, haciéndolas más abiertas y participativas, y posibilitando esa implicación y apropiación real del arte por las personas.
La importancia de la mediación cultural
Creemos que las actividades de mediación y educación cultural (cualquier actividad pública o paralela que se genere en torno a, o independientemente de la programación habitual de una institución cultural, y cuyo objetivo principal es conectar a las personas de manera más profunda con el arte), tienen un papel fundamental en un cambio de paradigma hacia una “nueva institucionalidad” que contribuya a una verdadera democracia cultural.
Entendemos que la mediación cultural engloba todas las actividades que, más allá del nombre concreto que se les dé, propician el intercambio de experiencias y perspectivas entre los participantes, así como la implicación de la ciudadanía en la producción de obra y conocimiento artístico, construyendo comunidad a través del arte.
Es una forma de educación que tiene en cuenta saberes diversos (académicos, populares, artísticos, etc.), que no está segmentada por edades o capacidades, y que apuesta por procesos de aprendizaje colaborativo y cooperativo. Además, disuelve la separación tradicional entre práctica artística y educación, entre alta cultura y cultura popular.
Por todo ello, creemos que la mediación cultural es una excelente herramienta de transformación social, al posibilitar que la ciudadanía reflexione, comparta y participe activamente, a través del arte, en la definición y resolución de los retos y problemáticas de su contexto. Esto permite empoderar a la ciudadanía y, a la vez, crear puntos de encuentro para instituciones, artistas, mediadoras y comunidades, en los que enriquecerse mutuamente.
Nuestro reto
El ámbito de la mediación en España se caracteriza por un alto grado de fragmentación y precariedad, pese a su importancia en la construcción de sociedades empáticas, emancipadas y participativas.
Sus agentes son múltiples y diversos: desde pequeños colectivos independientes que trabajan con las comunidades, hasta grandes empresas que ofrecen servicios de educación y mediación, pasando por los departamentos educativos o de actividades públicas de las instituciones culturales. Se trata de un ecosistema fragilizado por la ausencia de recursos, derivada, entre otros, de la falta de conciencia de los decisores culturales sobre la necesidad de estas prácticas para potenciar una ciudadanía sensible, crítica y comprometida, no sólo con el arte y la cultura, sino también con los desafíos y urgencias a los que nos enfrentamos como sociedad.
Para generalizar estas prácticas, a través de la convocatoria buscamos proyectos de colaboración en dos modalidades:
Modalidad 1
Buscamos alianzas entre:
a) Una institución cultural, pública o privada, con una actividad estable de producción y/o exhibición cultural en cualquier disciplina (artes visuales, escénicas, audiovisuales, música…), en el territorio español (Museos, centros de arte, de creación artística, equipamientos escénicos y/o musicales como teatros y auditorios, compañías de teatro, danza, orquestas, coros, redes que agrupen a cualquiera de las anteriores)
y
b) Agentes independientes del ámbito de la mediación/educación artística para el diseño y la implementación conjunta de programas o proyectos de mediación/educación innovadores que impliquen la participación activa de la ciudadanía.
En esta modalidad, las instituciones culturales dotan de recursos, infraestructura y durabilidad a los proyectos y programas, que se enriquecen gracias a la mayor flexibilidad y diversidad de miradas de los agentes externos.
Modalidad 2
Buscamos alianzas entre:
a) Una Administración Pública de cualquier nivel territorial, con capacidad de diseño e implementación de políticas públicas (Ayuntamientos, Concejalías de cultura, Consejerías de cultura, Diputaciones, Ministerio de Cultura y Deporte, etc.)
y, al menos, uno de los siguientes:
b) Una o varias instituciones culturales.
c) Uno o varios agentes independientes del ámbito de la mediación cultural/educación artística.
A esta modalidad son bienvenidas iniciativas que propongan, por ejemplo, realizar diagnósticos territoriales de la situación de la mediación cultural, construir mecanismos de participación de la sociedad civil en los procesos de definición de las políticas públicas en materia de cultura y mediación cultural; diseñar estrategias que pongan en valor los proyectos de mediación cultural y educación artística dentro y fuera de las instituciones culturales; reelaborar colectivamente los pliegos de contratación del sector público en materia cultural o cualquier otra innovación en alianzas público-sociales encaminadas a conseguir los objetivos de esta convocatoria.
En ambas modalidades el proyecto debe desarrollarse principalmente en territorio español, y, además de las entidades que constituyan formalmente la alianza, puede involucrar a otros agentes colaboradores. Es importante que la selección de los miembros de la alianza y de agentes colaboradores sea coherente con el programa de actividades propuesto.
Creemos que estas alianzas tienen la capacidad de afianzar prácticas pioneras y valientes y profundizar en las dinámicas de participación ciudadana que se dan en las instituciones culturales. También permiten a la institución cuestionarse y abrirse a nuevas formas de hacer, de entenderse a sí misma y de relacionarse con la ciudadanía.
Podéis consultar las bases íntegras, aquí.
© Foto : Julio Albarrán