Para la Fundación Daniel y Nina Carasso movilizar las energías creativas, artísticas, científicas y ciudadanas y atreverse a descompartimentar la investigación es, hoy más que nunca, una condición imprescindible para imaginar futuros sostenibles y deseables. Con este objetivo nació en 2015 nuestra convocatoria “Componer saberes” y con este fin también publicamos un nuevo Cuaderno Carasso para presentar los aprendizajes de algunos de los proyectos apoyados hasta el momento en España y Francia en un intento de comprender en qué medida y por qué la composición de saberes constituye actualmente una apuesta ineludible.
Desde la Fundación creemos que, para encarar los retos socio-ecológicos contemporáneos, es fundamental y prioritaria la composición de saberes, es decir, el impulso de redes de cooperación entre la comunidad artística y agentes de otras disciplinas y ciencias como la biología, la astronomía, la robótica, las matemáticas, la física, etc.
En un contexto en el que los distintos ‘saberes’ están completamente compartimentados y jerarquizados, desde nuestra línea de Arte Ciudadano, decidimos inaugurar en 2015 la convocatoria “Componer saberes para comprender mejor los desafíos del mundo contemporáneo” con el objetivo de apoyar proyectos transdisciplinares desarrollados conjuntamente por artistas, científicos y, en ocasiones, también representantes de la sociedad civil, conscientes de la necesidad de unir sus fuerzas y conjugar sus competencias para abordar desafíos relevantes y urgentes de nuestro mundo contemporáneo para los que un único ámbito del saber no puede ofrecer respuestas por sí solo.
Tras seis años de exploración de este ámbito –al que nos referimos de forma genérica como “arte y ciencia”– y un total de 43 proyectos apoyados en España y Francia, hemos considerado necesario hacer una selección de algunos de ellos con el fin de analizar las condiciones en las que se han desarrollado y recopilar los principales aprendizajes extraídos de la mano de sus protagonistas.
Nace así este nuevo Cuaderno Carasso “Componer saberes para comprender mejor los desafíos contemporáneos” que expone los aspectos fundamentales tras este análisis y que busca entender qué elementos caracterizan a estos proyectos, qué tienen en común dentro de sus propias singularidades y qué valor han generado dentro y fuera de los colectivos que los han promovido. Todo ello con la meta final de servir de instrumento clave para que otras iniciativas similares puedan extrapolar y replicar estas experiencias y resultados a sus propias acciones.
Descompartimentando saberes y recopilando experiencias
La elección de los proyectos analizados, 10 proyectos españoles y 15 proyectos franceses, se tomó de forma conjunta con los equipos de la Fundación, con la idea de realizar un análisis cualitativo en profundidad de cada uno de ellos.
Los proyectos españoles seleccionados para la elaboración del Cuaderno han sido los siguientes:
- Te(n) cuidado (Asociación Fireplace Project – Barcelona)
- Municipios sostenibles. Día a Día frente al Cambio Climático (Asociación Bee.Time – Cádiz)
- Planeta Debug. Videojuegos, conocimiento, serendipia y co-creación en el puzle del cambio climático (Universidad Jaume I – Castellón de la Plana)
- Borradores de futuro. Historias y fabulaciones sobre mundos posibles (Asociación Moaré Danza – Lasierra País Vasco)
- Instituto Mutante de Narrativas Ambientales (Centro de Creación Contemporánea Matadero – Madrid)
- Laboratorio ciudadano abierto. Salud comunitaria, cuerpo y autonomía (Medialab Prado – Madrid)
- Nuevo Currículum. Arte, agroecología y conocimiento campesino hacia el desarrollo rural sostenible (Asociación Campo adentro/Inland – Asturias)
- RE_LABs (Asociación Basurama – Madrid)
- Reset Mar Menor. Laboratorio de imaginarios para un paisaje en crisis (Universidad de Murcia – Murcia)
- Programa de Estudios en Mano Común (PEMAN): Ruralidades, Feminismos y Comunes (Universidad de Santiago de Compostela)
Por la parte francesa, los proyectos elegidos han sido:
- Les Ambassadrices (Escuela Superior de Arte de Annecy – Annecy)
- Ursulab (Antre-Peaux – Bourges)
- Sonars (La Carène – Brest)
- Usages du monde (LABORATOIRE – Grenoble)
- La couleur de l’eau (Artconnexion – Lille)
- Vertimus (Le Studio Décalé – Malakoff)
- Archives invisibles (Manifesta 13 Marseille – Marsella)
- Biomorphisme (Universidad Aix-Marseille – Marsella)
- Cinéma Atlas (Collectif Étrange Miroir – Nantes)
- Laboratoire commun (Ping – Nantes)
- Camp (Ping – Nantes)
- ICrEA (CNRS – París)
- Lier des mondes par les pratiques (Instituto de Altos Estudios Judiciales – París)
- Univers 2.0 (Fonds de Dotation Physique de l’Univers – París)
- Supplementary Elements (Universidad de Estrasburgo – Estrasburgo)
Dos referentes de la composición de saberes, Valérie Pillet y María PTQK, elaboraron en colaboración con la Fundación una plantilla de lectura y análisis basada en preguntas de utilidad para desarrollar nuestra comprensión de la composición de saberes en todas sus dimensiones, tanto prácticas (operacionales, materiales, institucionales, económicas) como teóricas (conceptuales, metodológicas) y temporales (evoluciones, impactos).
Partiendo de esta plantilla, la investigación para la elaboración del Cuaderno se desplegó en dos direcciones. Por una parte, el estudio cualitativo de los documentos dirigidos a la Fundación (candidaturas, informes de instrucción, informes intermedios y finales de los proyectos) así como de los documentos de acceso público generados en el marco de los propios proyectos (páginas webs, vídeos, publicaciones, programas, folletos, etc.). Por otra parte, la realización de entrevistas semidirigidas a los responsables de los proyectos y a participantes de diferentes perfiles (artistas, científicos y otros actores de la sociedad civil).
Multiplicar las perspectivas para ampliar nuestro conocimiento del mundo
Como conclusiones generales a todo este proceso de investigación, que finalmente se ha materializado en este Cuaderno, todas las personas involucradas en los distintos proyectos, llamados compositores de saberes, han manifestado la vitalidad, la curiosidad y el apetito por seguir aprendiendo que generan las iniciativas en las que participan y han subrayado la necesidad de apoyarlos y acompañarlos.
Todos ellos señalan también la importancia de salir de la rutina para ampliar nuestro conocimiento del mundo y abordar así temas o áreas de interés desde otras perspectivas compartiendo métodos, técnicas y sinergias que aporten respuestas pertinentes a los problemas sociales abordados. Además, al salir de sus zonas de confort, los compositores reconocen ser más conscientes de la necesidad de cuidar las condiciones y las modalidades de trabajo, favoreciendo la horizontalidad de los intercambios y la escucha.
Todos coinciden en que el trabajo de composición ayuda a pensar en los saberes como entes conectados y vinculados que no son autónomos ni intercambiables sino que, precisamente, son las alianzas las que hacen posible su intervención transformadora sobre la realidad. Asimismo, la composición de saberes produce aprendizajes que pueden resultar útiles también en otros ámbitos de actividad de la sociedad y en otros contextos.
Además, según ellos, componer saberes refuerza la confianza de todas las personas implicadas en el proceso por su capacidad de actuar y su sentimiento de participación en la construcción de un futuro compartido. Los actores interesados en relación con determinadas problemáticas, porque les afectan en su día a día, ven legitimadas sus experiencias y sus saberes, a menudo descalificados frente a los regímenes de saberes dominantes.
En cuanto a las dificultades a las que se enfrenta la composición de saberes, se ha detectado que estas no radican tanto en su capacidad de componer, sino en la de contar con el apoyo de los actores necesarios para su existencia y para la divulgación de sus logros.
Desde la Fundación hemos querido resaltar todas estas realidades de los proyectos que acompañamos porque componer saberes, y compartir sus aprendizajes y experiencias, puede servir de inspiración a otras realidades similares al mismo tiempo que puede ayudar a crear otras iniciativas que, en su conjunto, pongan en valor las posibilidades de las intersecciones entre arte y ciencia para construir un futuro mejor. Nosotros seguiremos implicados en este propósito acompañando a más proyectos con una nueva convocatoria de “Componer saberes” que se abrirá el 9 de marzo.