Para la Fundación Daniel y Nina Carasso, la Semana Internacional de la Educación Artística –que se conmemora desde 2011 cada año en la cuarta semana de mayo– es una oportunidad para recordar los impactos positivos que la enseñanza de la cultura y las artes tienen en el desarrollo integral de los estudiantes, y su alcance como elemento de cohesión social.
La educación cultural y artística se encuentra en un momento trascendental en países como España, donde cuenta ya con un gran respaldo social y avanza hacia una integración cada vez mayor en el sistema educativo. El hecho de que haya un claro reconocimiento de su potencial como factor de desarrollo personal y social, además de su potencia como eje vertebrador del cambio que permite abordar los retos actuales de la sociedad, anima a continuar por este camino y a generar alianzas.
Sin embargo, los principios de la educación artística que pudieran parecer una obviedad no se reflejan en las políticas educativas de muchos países del mundo. De ahí que se pongan en valor los cambios orientados a la promoción de una mayor educación artística en España.
Son numerosas las propuestas, iniciativas y planes presentados en el último año en España, tanto a nivel estatal como en algunas Comunidades Autónomas. En ellas, se plantea la integración de la cultura y las artes en el sistema educativo, mucho más allá de las asignaturas de arte, su incorporación como herramienta escolar transversal y las prácticas artísticas en los diferentes niveles de la educación formal.
En algunos casos se toma como referencia el marco «Por la Cultura y las Artes en la Educación» de la UNESCO, que sirve de guía para configurar y concretar la educación cultural y artística, para que se den pasos significativos en esa senda y, más aún, se avance en su institucionalización por parte de los gobiernos.
Además de destacar el papel de la cultura y el arte en la educación, este marco explica cómo abordar la transversalidad en el sistema educativo, cómo se crean competencias de futuro para los estudiantes, cómo contribuir a la paz y la sostenibilidad. También aborda las desigualdades socioeconómicas en la educación. Factores todos ellos de sumo interés para las personas que ocupan puestos de decisión relacionados con las políticas educativas.
En este sentido, ya es una realidad el impacto positivo de los numerosos proyectos de arte y escuela impulsados o apoyados por la Fundación Daniel y Nina Carasso. Iniciativas que inciden en las prácticas transversales capaces de generar cambios positivos en el alumnado, el profesorado y los agentes sociales próximos a los centros educativos. De entre ellos, y con motivo de la Semana Internacional de la Educación Artística, queremos compartir una selección de proyectos que ejemplifican cómo las artes generan una mayor conciencia ciudadana y hacen posible abordar con diversos recursos los retos actuales que afrontan las sociedades.
Planters, de la Asociación ConArte Internacional, es una iniciativa que trabaja con pedagogías artísticas para reducir tensiones producto de la diversidad cultural e introduce procesos de aprendizaje vinculados a las artes de la mano de artistas y docentes en los centros educativos en Cataluña.
Las escuelas e institutos que forman parte del proyecto Planters realizan una hora semanal de artes escénicas, danza o música (orquesta de cuerda o conjunto de ukeleles) con un equipo formado por docentes y artistas en activo que trabajan de manera coordinada. Cada grupo participante realiza un ciclo de dos años, durante los cuales se comparte públicamente el proceso creativo en el que el alumnado, el profesorado y los artistas son co-creadores.
El proyecto Vibras, de la alianza entre la Fundación Tomillo y la Asociación Kubbo, busca generar un espacio de desarrollo comunitario en los barrios madrileños de Usera y Carabanchel, en Madrid, a través de la creación artística: musical, freestyle, danzas urbanas y escuela de musicalidad.
Con este proyecto, se incide en el trabajo con los y las jóvenes en competencias transversales como el pensamiento crítico, el trabajo colaborativo, el autoconocimiento o la ciudadanía activa.
The Cross Border Project aborda problemáticas sociales a través del teatro y forma a docentes a través de proyectos artístico-pedagógicos en las aulas de sus centros educativos. Surgió en Nueva York como un proyecto personal de la dramaturga y directora de escena Lucía Miranda.
Conformada por un grupo de artistas que trabajan en el ámbito del teatro, la educación y la transformación social, es una acción de innovación cultural y social, compuesta por una compañía de teatro, una escuela de teatro aplicado y una cocina.
LÓVA (La Ópera, un Vehículo de Aprendizaje) es un proyecto que convierte las aulas de educación primaria en compañías de ópera a lo largo de un curso completo en el que el alumnado asume las diferentes funciones de una producción de este género musical, crea y estrena su propia ópera en funciones en las que no cuenta con ayuda de adultos.
LÓVA se integra en el currículo y tiene como objetivo el desarrollo de competencias clave. Se hace siempre en horario lectivo y, además del nivel primaria su metodología se ha adaptado al resto de etapas educativas: infantil, ESO, educación especial, bachillerato, así como a diversos entornos sociales como asociaciones culturales, centros de día o prisiones.
Por último, una de las apuestas más consolidadas de la Fundación Daniel y Nina Carasso en el ámbito de la educación artística es PLANEA, red de arte y escuela, integrada por centros educativos, agentes e instituciones culturales que se comprometen a utilizar las prácticas artísticas en la escuela pública de manera transversal, situada en los territorios y con vocación de generalización y permanencia.
De los múltiples proyectos que se están llevando a cabo en la actualidad en los centros piloto de la red, se destacan dos:
“El cole patas arriba” es una propuesta desarrollada en el centro educativo La Vereda de Güejar Sierra (Granada), que plantea transformar sus espacios en lugares que inviten a la creación artística por medio de la arquitectura, el diseño, las artes plásticas y la comunicación emocional, y lo consiguen gracias a metodologías que convierten en protagonista a la comunidad educativa en el diseño y mejora de nuevos espacios de juego.
“Adolescencia Móvil” se desarrolla en el Instituto de Secundaria Bovalar de Castellón y brinda un espacio seguro para que el alumnado explore y reflexione sobre su relación con la tecnología. Todo ello, mediante la creación de un archivo visual que documenta sus percepciones y sirve como testimonio de la complejidad de esta etapa vital.
Junto a los proyectos concretos y conscientes de la importancia de generar espacios de debate y reflexión, la Fundación Daniel y Nina Carasso organizó el pasado mes de octubre la Jornada “Arte y Escuela. Construir futuros posibles”. En dicho evento, profesionales nacionales e internacionales del ámbito educativo, cultural y de las administraciones públicas abordaron ideas para construir una política de educación artística y cultural eficaz, así como fortalecer la presencia indispensable del arte y de la cultura en el sistema educativo.
De ese modo y desde diferentes enfoques y disciplinas, escuela y arte se unen para el desarrollo y el enriquecimiento de la vida de niños y jóvenes. En este sentido, las instituciones, el sector educativo, la comunidad cultural y la sociedad deben colaborar y seguir creando sinergias para lograr una educación artística que responda a los retos actuales del mundo. Estas prácticas serán protagonistas en la próxima cumbre Mondiacult 2025 en Barcelona, en la que se seguirá trabajando para seguir impulsando a la educación artística.
