El proyecto Vibras, impulsado por la alianza entre la Fundación Tomillo y la Asociación Kubbo, es un espacio de mediación artística y cultural vibrante. A través del baile y la cultura urbana, un grupo de jóvenes, desde la experimentación y la expresión creativa, está abriendo su mirada a la transformación ecosocial. La iniciativa fue seleccionada en la pasada edición de la convocatoria Alianzas para una democracia cultural de la Fundación Daniel y Nina Carasso, dirigida a proyectos que surjan de alianzas entre diversos agentes y que impulsen una participación plena de la ciudadanía en la vida cultural.
La Fundación Tomillo y la Asociación Kubbo buscan, con el proyecto Vibras, generar un espacio de desarrollo comunitario en los barrios madrileños de Usera y Carabanchel a través de la creación artística. Para ello, el proyecto se organiza en torno a cinco itinerarios (creación musical, freestyle, danzas urbanas y escuela de musicalidad) que facilitan el trabajo con los y las jóvenes en competencias transversales como el pensamiento crítico, el trabajo colaborativo, el autoconocimiento, la ciudadanía activa, etc.
Para inspirar a otros proyectos similares a participar en la nueva convocatoria de Alianzas para una democracia cultural, abierta hasta el 16 de mayo, hablamos con Tomás Borgogna, responsable de la Unidad de Pedagogía y Desarrollo Metodológico de Fundación Tomillo.
¿Cómo habéis conocido la convocatoria Alianzas para una democracia cultural y qué ha supuesto para vuestra entidad contar con la ayuda de la Fundación Daniel y Nina Carasso en esta iniciativa?
Fundación Tomillo se ha involucrado en proyectos centrados en el fomento de la alimentación sostenible y saludable. Estas experiencias nos han permitido estar al tanto de otras oportunidades, como la convocatoria Alianzas para una democracia cultural, que ofrece la Fundación Daniel y Nina Carasso.
¿Por qué animarías a otras iniciativas a presentarse a la nueva convocatoria de Alianzas por una democracia cultural? ¿Qué oportunidades únicas ven en ella para quienes participen?
En Fundación Tomillo, reconocemos que convocatorias como Alianzas por una democracia cultural son oportunidades excepcionales que no debemos pasar por alto. Participar en esta convocatoria es más que una simple aplicación, representa una oportunidad excepcional que no deberíamos dejar pasar por alto. Nos brinda la posibilidad de fortalecer nuestra labor artística, ampliar nuestro impacto y, al mismo tiempo, mantener la calidad y autenticidad de nuestras propuestas. Es un momento crucial para demostrar cómo el arte puede enriquecer la vida de los jóvenes y contribuir al desarrollo de una sociedad más creativa y participativa.
Cuéntanos en qué punto estaba el proyecto Vibras antes de entrar a formar parte de Alianzas para una democracia cultural 2022. ¿Cuál era la relación preexistente entre los miembros de la alianza? ¿cómo enfocábais el proyecto? ¿se estaban desarrollando actividades previamente?
Durante las últimas dos décadas, Fundación Tomillo ha estado inmersa en el desarrollo de un proyecto propio focalizado en las artes escénicas. Aunque las artes han sido una constante en nuestro trabajo, el enfoque principal de nuestra acción ha sido predominantemente socioeducativo. Nos hemos centrado en la implementación de diversas disciplinas artísticas con el objetivo de facilitar sobre todo la conexión grupal y establecer un lugar seguro de referencia para jóvenes de Usera. Nuestra meta era proporcionar un espacio en el que se sintieran acogidos y tuvieran la libertad de expresarse..
Después de esta experiencia, hemos co-diseñado con Kubbo la propuesta Vibras, lo que nos permitió participar en la edición anterior de Alianzas para una democracia cultural. Esta colaboración ha sido un paso importante en nuestro camino hacia la integración de una perspectiva más enfocada en lo artístico.
¿Cómo surgió la alianza con la Asociación Kubbo y qué aprendizajes habéis podido extraer de esta experiencia en colectivo?
Antes de la experiencia de Vibras, había colaborado con Kubbo para integrar el trabajo artístico con el cuerpo en algunas clases de educación física dirigidas a jóvenes en formación profesional. Aunque esta colaboración fue limitada en alcance, los resultados fueron positivos y nos motivaron a pensar en conjunto una propuesta para Vibras. La alianza con Kubbo, nuestro socio en este proyecto, ha sido esencial para abrir un espacio de reflexión y reorientación sobre la importancia de las artes en nuestra labor.
Cuéntanos más sobre por qué es idóneo trabajar con los jóvenes desde la creación artística
Antes de la experiencia de Vibras, había colaborado con Kubbo para integrar el trabajo artístico con el cuerpo en algunas clases de educación física dirigidas a jóvenes en formación profesional. Aunque esta colaboración fue limitada en alcance, los resultados fueron positivos y nos motivaron a pensar en conjunto una propuesta para Vibras. La alianza con Kubbo, nuestro socio en este proyecto, ha sido esencial para abrir un espacio de reflexión y reorientación sobre la importancia de las artes en nuestra labor.
Cuéntanos más sobre por qué es idóneo trabajar con los jóvenes desde la creación artística
La reflexión sobre el papel de las artes escénicas en la estrategia socioeducativa de Fundación Tomillo ha experimentado una evolución gradual. Inicialmente, veíamos las artes principalmente como un medio para vehicular contenidos orientados a la mejora de competencias blandas. Sin embargo, en ocasiones, la calidad artística de las propuestas no estaba en el centro de atención. Con el tiempo, y gracias a las interacciones con Kubbo, hemos llegado a la conclusión de que es crucial fomentar un proceso de democratización de las artes escénicas entre jóvenes en situación de vulnerabilidad.
Además, queremos incorporar en nuestro modelo de orientación y acompañamiento acciones que permitan a los y las jóvenes encontrar respuestas a preguntas relativas a cómo continuar incorporando las disciplinas artísticas en sus proyectos de vida, incluso si quieren dedicarse profesionalmente a otro sector. Trabajamos cada vez más en facilitar propuestas que respondan a estas inquietudes, considerándolas como una acción de democratización. El derecho a participar como artistas no debería ser un privilegio reservado solo para las élites.
Lo mejor de todo es que este enfoque no implica deshacer lo que veníamos haciendo anteriormente. Las artes siguen siendo un lenguaje que permite trabajar desde una perspectiva socioeducativa, fomentando el autoconocimiento, la empatía y otras competencias importantes.
¿Qué metodologías de mediación transformadoras estáis empleando para desarrollar el proyecto?
El proyecto se ha centrado en la transformación interna de la entidad definiendo de manera más precisa cuál es el valor diferencial que Fundación Tomillo puede aportar respecto a las artes escénicas. Esto se alinea con un proceso de innovación y cambio que estamos atravesando en este momento, justo cuando la entidad cumple su 40 aniversario en 2024.
Nuestro objetivo es ofrecer un nuevo modelo de intervención, estrechamente vinculado a territorios específicos del sur de Madrid. En estos lugares, queremos que Fundación Tomillo pueda desplegar toda la integralidad de las distintas líneas de intervención en las que nos hemos especializado, ofreciendo oportunidades que están interconectadas entre sí. En este contexto, Vibras es una de las propuestas que conforman el ecosistema que proponemos.
¿Qué tipo de acciones se han puesto en marcha en torno al proyecto y qué frutos han dado?
En el primer año, llevamos a cabo talleres de arte urbano en Usera y Carabanchel, abarcando diversas disciplinas como freestyle, baile, producción musical y audiovisual. Estos talleres culminaron en una serie de muestras que se presentaron en el Festival Intercultural de Usera, así como en otros eventos comunitarios, como el UrbanFest de Usera y el UrbanFest de Carabanchel.
Para el segundo curso, hemos centrado la propuesta en una sola área geográfica (Carabanchel), realizando también reformas en los espacios físicos de implementación. Hemos adaptado un aula modernizando las instalaciones para poder acoger distintas actividades de expresión artística. Hemos mejorado la insonorización, añadido espejos para las clases de baile y, en general, hemos puesto atención en crear un espacio que permita el desarrollo de actividades con calidad.
También hemos rediseñado el proyecto, introduciendo una programación por proyectos que facilita el acceso de nuevos participantes en distintos momentos. Además, esta nueva estructura permite cambiar de disciplina artística según los intereses de cada participante. También hemos potenciado el acceso a experiencias significativas, involucrando a profesionales del sector musical.
¿Cuál dirías que ha sido el impacto que ha generado Vibras en el entorno de los barrios madrileños de Usera y Carabanchel, durante los últimos dos años?
En el primer año han participado 65 jóvenes de los distritos de Usera y Carabanchel, se han creado piezas artísticas conforme a los distintos itinerarios (4 coreografías, pequeños productos musicales y 4 vídeos), un 95% de los y las participantes manifiesta haber mejorado sus competencias artísticas y socioemocionales, destacando la capacidad para comprender que pueden utilizar el arte para expresarse. Además, se han establecido vínculos y colaboraciones con el Centro Juvenil de Carabanchel, el Centro Juvenil Pipo Velasco, la Asociación de Vecinos de Orcasur y el Centro Cultural de Orcasur.
En el segundo año, han participado 60 jóvenes del distrito de Carabanchel, se han creado piezas artísticas desde la metodología de ABP (1 corto, 1 mural colaborativo, 5 coreografías, 1 videoclip de rap y pequeñas piezas teatrales), se ha participado activamente en la mesa de entidades Mapeando Carabanchel desarrollando conjuntamente 3 eventos comunitarios. También se han establecido relaciones de cooperación con diversos centros educativos del distrito.
Además, a través de la alianza con Kubbo, se ha colaborado con grandes referentes del mundo del Arte y la Cultura como SONY o Mayumana, así como con diversos artistas que se han sumado al proyecto a lo largo del curso, tanto del mundo de la música como de la danza, las artes plásticas o las artes audiovisuales.
¿Cuál es el futuro de Vibras? ¿Habéis pensado en una segunda fase de profesionalización para los jóvenes participantes?
En el futuro, tenemos la intención de desarrollar dos líneas principales dentro de nuestro proyecto. Por un lado, pretendemos despertar el interés en jóvenes que, debido a motivos económicos o por falta de interés, a menudo no acceden a propuestas artístico-culturales. Nuestro objetivo es reivindicar la importancia de estas iniciativas desde una perspectiva de participación ciudadana. Así mismo, se trata de conectar algunas de las expresiones de la cultura juvenil como formas de arte de pleno derecho (por ejemplo, el manga o el grafiti o el uso de redes sociales para socializar pasos de danza).
En segundo lugar, queremos fortalecer las competencias técnico-artísticas de jóvenes que ya han identificado su vocación para la creación artística, pero que a menudo carecen de los recursos necesarios para acceder a formaciones de calidad. Esto implica no solo habilidades prácticas, sino también la capacidad de reflexionar sobre los mensajes y las narrativas que cada joven artista puede desarrollar a través de su trabajo, abordando así aspectos socioemocionales. Además, se necesita de acciones de orientación para identificar oportunidades formativas continuas. En el futuro, nos gustaría ofrecer acceso a becas y experiencias con empresas o proyectos artísticos para ampliar sus horizontes. Para ello, se precisa la conexión con patrocinadores, artistas, empresas que permitan potenciar los impactos, con especial referencia a la calidad y proyección de las propuestas que podremos desarrollar.
¿Qué aspectos crees que debería tener en cuenta una persona o entidad que se embarca en un proyecto de Alianzas para una democracia cultural? ¿Qué datos, claves o consejos crees ahora que te hubiesen resultado útiles al iniciar este recorrido, para transmitírselos a los nuevos proyectos?
Desde el primer momento, es crucial establecer conexiones y colaborar con otras organizaciones y empresas. Esto permite crear un ecosistema compartido con una visión similar y, al mismo tiempo, facilita el contacto con posibles patrocinadores. La sinergia entre diferentes actores en el ámbito artístico y educativo puede ser muy beneficiosa.
Además, es importante destacar que las organizaciones que principalmente se dedican a desarrollar programas socioeducativos tienen que atravesar un cambio de mentalidad para poder proponer proyectos de democratización de las artes. Tradicionalmente, la idea era “tenemos unos profes o educadores que saben de artes”. Sin embargo, ahora proponemos una nueva perspectiva: “un centro socioeducativo debe tener artistas que trabajen mano a mano con educadores”. La calidad de la formación artística es un aspecto relevante. A veces, es tentador ofrecer talleres que, desde una perspectiva educativa, cumplen su función, pero pueden quedarse limitados en términos de calidad artística. Este cambio refleja la importancia de la colaboración interdisciplinaria para el éxito de los programas.