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La inversión de impacto y el comité de sourcing: dos ilusionantes apuestas por la innovación filantrópica

Filantropía
11 febrero 2021

Es una gran satisfacción para las personas que integramos la Fundación hacer pública la primera Memoria de Inversión de Impacto de la Fundación Daniel y Nina Carasso. En ella, y también a través de su comunicado a prensa, mostramos la intervención responsable que estamos llevando a cabo en los mercados financieros desde hace ya varios años. Para 2023 nos hemos  fijado un objetivo ambicioso y motivador: alcanzar en su cartera el 15% de inversión de impacto y el 70% de Inversiones Socialmente Responsables, un objetivo que ya superamos, al alcanzar el 79% en dichos activos. De esta forma apostamos con fuerza por una estrategia de inversión en coherencia con la misión social que desempeñamos, así como en la lucha frente a la emergencia climática: por eso, desde 2016 en la Fundación contamos con un Comité de Impact Investing y, a partir de este año, un Comité de Sourcing trabajará para identificar las oportunidades de ISR e impacto social en España

Afortunadamente, el impact investing (inversión de impacto) empieza a tomar impulso en el ecosistema español, es en este contexto en el que, desde la Fundación Daniel y Nina Carasso reafirmamos nuestro papel pionero, funcionando como un laboratorio de innovación filantrópica. Con mucha ilusión presentamos por tanto, nuestra primera Memoria de Inversión de Impacto, que pone de manifiesto los primeros frutos de la estrategia financiera de la Fundación, que emprendimos en 2015 desarrollando una política de inversión socialmente responsable (ISR) como herramienta complementaria a las donaciones.

Para dar coherencia a esta política, en 2016 establecimos un código de inversión que definía hojas de ruta. Este código lo redactamos según los compromisos del acuerdo DivestInvest, un movimiento global de inversores que promueve la salida de las inversiones en combustibles fósiles. En él, definimos la política de inversión en términos de misión, valores y rentabilidad, excluyendo ciertos sectores y especificando temas de inversión preferentes, en particular los relacionados con la Alimentación Sostenible, trabajando así también de forma transversal con la preservación del medio ambiente.

En la Fundación seguimos el modelo pionero de las fundaciones anglosajonas: destinamos un subfondo del 3% de nuestras inversiones financieras específicamente a la inversión de impacto en relación a los dos programas de nuestro ámbito de acción: Alimentación Sostenible y Arte Ciudadano (inversiones relacionadas con los programas – subfondo PRI).Y no sólo esto: en la Fundación Daniel y Nina Carasso vamos un paso más allá, porque nos hemos fijado el objetivo de llegar al 15% de inversiones de impacto en 2023, cuando en 2020 ya hemos alcanzado una cifra del 7%. Para el 85 % restante de la cartera, nos hemos fijado como objetivo llegar a un 70% de inversiones que respondan a los criterios de la ISR fijados en nuestro Código de Inversión, algo mucho más ambicioso que los criterios ISR generales habituales del sector financiero. Este objetivo ya lo hemos superado en 2019, con un 79% de activos ISR.

En la memoria hemos querido plasmar no solo nuestro entusiasmo, sino también cómo, gracias a la gestión financiera de este subfondo PRI del 3% el impacto social y ambiental prima sobre el rendimiento financiero. Adicionalmente, hemos creado otros dos subfondos de impacto con un objetivo del 6% de dotación para cada uno. Uno de ellos se dedicará a inversiones relacionadas con nuestra misión general como Fundación (como la transición agrícola y alimentaria, la agroecología o la inclusión social – subfondo MRI), pero primando la rentabilidad económica sobre un impacto social y ambiental demostrado. Mientras, el otro 6 % lo dirigiremos a las llamadas inversiones sostenibles, en el ámbito de la lucha contra el cambio climático y del desarrollo sostenible e inclusivo, para asegurar así también un nivel de retorno económico alto.

El compromiso, plasmado en un Código de Inversión

Gracias a la redacción de un nuevo Código de Inversión, basado en el ya existente de 2016, la gobernanza de la Fundación pudo enviar un mensaje que concretaba nuestra apuesta por la coherencia entre las inversiones y la teoría del cambio. Trabajamos así como inversor ético y responsable al servicio de nuestra misión y fomentamos no sólo el desarrollo de nuestras dos líneas fundacionales, Alimentación Sostenible y Arte Ciudadano, sino también al tema más global y transversal de la transición ecológica. 

Este código se erige así como una guía en la gestión financiera de la Fundación, porque en él definimos las directrices que se aplican al conjunto de la inversiones que realizamos.

En nuestro Código de Inversión no sólo se priorizan las temáticas vinculadas con la Alimentación Sostenible y la conservación del medio ambiente, sino que excluimos otras que discurren en contra de nuestra misión: las relacionadas con el tabaco, las apuestas o la industria relacionada con las armas ciegas. 

De esta forma establecemos como criterio un nivel mínimo de respeto social y ambiental en cualquier inversión, sea o no de impacto. Además, específicamente con las inversiones de impacto que contribuyen al cambio sistémico subvencionamos una iniciativa, invirtiendo en ella cuando ha crecido lo suficiente. Este procedimiento, conocido como venture philanthropy,  ilustra esa continuidad entre los donantes y los inversores. Dentro de cada fondo de impacto social y ambiental también pensamos en una teoría de cambio como criterio para seleccionar las iniciativas. 

Isabelle Le Galo Flores, directora para España de la Fundación
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“La fundación está particularmente preocupada por el uso excesivo del concepto de impacto social, por eso creemos que tenemos la capacidad de jugar un papel fundamental en este ámbito centrándonos en la teoría del cambio en diferentes niveles: fundación, programa, proyecto… y fondos de inversión, algo pionero y muy poco usual en el campo de la lógica de la transformación social”
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Isabelle Le Galo, directora para España de la Fundación Daniel y Nina Carasso

La emergencia climática, nuestra prioridad 

En esta línea y debido al compromiso que hemos adquirido respecto a la lucha contra el cambio climático durante la celebración de la COP21 nos comprometimos a no invertir en energías fósiles, moviendo una parte de nuestras inversiones en soluciones para luchar contra el cambio climático. Estas inversiones cuentan con un enfoque que va más allá de la mera inversión en energías renovables, centrando nuestras apuesta más por la eficiencia energética y la movilidad blanda. De esta forma, nuestra huella de carbono en la cartera ISR de la Fundación es un 30 % inferior a los índices de mercado.

Con estas inversiones actuamos siempre bajo el paraguas de los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible), que constituyen un marco universal y han sido incorporados como un lenguaje común en el sector de las fundaciones, algo que valoramos muy positivamente.

Sin embargo, en la Fundación hemos decidido ir más allá, optando por un marco de análisis de impacto más exigente que el definido por los ODS. Para lograrlo, hemos co-construido en colaboración con Quadia, en el fondo dedicado a la Alimentación Sostenible dentro del subfondo PRI, un conjunto de criterios de selección y seguimiento basado en los principios de la Global Alliance for the Future of Food para medir el progreso en su teoría de cambio. Este marco de análisis se basa en seis grandes principios (regeneración, diversidad, resiliencia, salud, equidad e interconexión e inclusión) donde combinamos objetivos e indicadores de medición del impacto que permiten el análisis y el seguimiento de sus participaciones.

De forma complementaria al fondo creado con Quadia, hemos decidido conectar los ODS prioritarios de nuestras dos grandes líneas de mecenazgo con los seis nuevos principios de la Global Alliance, a fin de aplicar un marco de seguimiento a todas sus inversiones de impacto.

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El Comité de Sourcing: la concreción de nuestro compromiso 

Para reforzar nuestro trabajo con el impact investing (y en la línea de nuestro compromiso con la emergencia climática) hemos creado en España un Comité de Sourcing responsable de localizar oportunidades de inversión estratégica en nuestro país, siguiendo la lógica de los tres bolsillos: PRI, MRI y Sostenible . 

En la Fundación somos conscientes de que una intervención responsable ha de ejecutarse en el largo plazo. Por eso, nuestro enfoque cuenta con una vocación duradera. Este Comité nace con la necesidad de impulsar un mundo más resiliente, una cualidad que se ha revelado como más necesaria que nunca tras la crisis surgida por la Covid-19.

Hasta el momento, nuestra estrategia de inversión de impacto se ha desarrollado principalmente en Francia, mientras que en España el auge de este campo ha despuntado en los dos últimos años, al incrementarse estructurarse notablemente el sector. Algunas organizaciones pioneras han comenzado a financiar empresas sociales en nuestro país y están comprometidas con el desarrollo del sector: ahora se han convertido en piezas clave del mercado español. En un ejercicio de coherencia con nuestros principios, valores y trayectoria, este escenario ha puesto de relevancia para la Fundación Daniel y Nina Carasso la necesidad de la creación de este comité en España, país en el que desarrollamos nuestra labor desde 2014.

El Comité nace como una herramienta eficaz, capaz de nutrir oportunidades de inversión en España. Con su trabajo, el Comité de Sourcing buscará oportunidades para los bolsillos PRI, MRI y Sostenibles dentro de los campos de la Alimentación Sostenible y el Arte Ciudadano con enfoque transversal en la emergencia climática. Estos nichos en 2019 no superaron en total  los 200 millones de euros en nuestro país.

Sobre la contribución al fortalecimiento del sector, el Comité de Sourcing nace consciente de que el vacío en la inversión se ubica en las etapas iniciales de un proyecto, en un momento en el sus necesidades de financiación aún son pequeñas y su nivel de riesgo es alto, lo que hace que los costos de transacción sean relativamente bajos. La filantropía de riesgo, casi inexistente en España, es fundamental para estos primeros pasos y es una labor que asumimos desde la Fundación en línea con nuestra misión.

Las iniciativas del Comité de Sourcing cuentan por tanto con varias labores que resultarán esenciales para nuestros objetivos. Por eso el Comité activará la reflexión colectiva sobre las necesidades del ecosistema de inversión de impacto en España, en particular en nuestras líneas de trabajo: Alimentación Sostenible y Arte Ciudadano, pero no sólo aquí. Por otra parte, y teniendo en cuenta el estado embrionario de la inversión de impacto, en el Comité encontraremos la ayuda necesaria para identificar iniciativas españolas en las cuales poder intervenir con fondos de impacto social desde los bolsillos PRI, MRI y Sostenible

Isabelle Le Galo LABORAL geoloc
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“Gracias a la creación del Comité de Sourcing queremos también tender una red en constante crecimiento, que focalice su trabajo en el análisis del impacto social y ambiental de un conjunto de proyectos invertidos desde una misma lógica, para defender y resolver una causa social identificada”
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Isabelle Le Galo, directora para España de la Fundación Daniel y Nina Carasso

Los miembros del comité, expertos voluntarios comprometidos con el impacto social

El Comité de Sourcing ve la luz integrado por seis profesionales procedentes del mundo financiero y de la innovación social, que ponen ahora sus conocimientos al servicio de la labor filantrópica de la Fundación Daniel y Nina Carasso. De esta forma, sus componentes, José Moncada, Director General de La Bolsa Social, Mercedes Valcárcel, Directora General de la Fundación Generation Spain, Luis Berruete, Co-fundador y Socio Director de Creas, Clara Navarro, Co-fundadora y Co-directora de Ship2B, Cristina San Salvador, Expansion & Program Development Manager en Ship2B y María Ángeles de León, Co-fundadora y presidente de la Fundación Open Value, inician una labor crucial para el futuro de la Fundación.

En este sentido, las fundaciones son un actor importante en el desarrollo de la inversión de impacto, por un lado como fuentes de capital y proveedoras de asistencia técnica a las empresas sociales, por otro, como agentes de estructuración del sector capaces de velar por que la inversión de impacto realmente resuelva causas sociales, por otra. En coherencia con esta realidad, la Asociación Española de Fundaciones (AEF) acaba de crear un grupo de trabajo sobre Inversión de Impacto, en cuyo Comité Administrativo se encuentra Isabelle Le Galo.

En estos diez años, en la Fundación hemos desarrollado nuestro trabajo en dos grandes líneas de intervención gracias a la coherencia en el desempeño de nuestra misión filantrópica, que ponemos al servicio de una transformación ecológica e inclusiva de la sociedad y del modelo productivo. En este sentido tenemos una doble responsabilidad: la gestión del patrimonio y la gestión de la política de mecenazgo. Conectar estas dos actividades al servicio del impacto es primordial para multiplicar nuestro impacto transformador y unir a todos los agentes de nuestra sociedad en torno a una economía comprometida con la vida. En el marco de esta estrategia emprendida tras los primeros diez años de recorrido de la Fundación, esta aspiración de invertir al servicio del cambio y al mismo tiempo apoyar modelos que comparten nuestros principios, se ha convertido en un eje estructural de nuestro funcionamiento, con el objetivo de acelerar nuestro impacto en la sociedad.

Crédito de la ilustración: Tessa Mars

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